Bajo la supervisión de la empresa «Tenerife Vertical» y con la colaboración inestimable de Javier Martín-Carbajal, escalador para la conservación de la vida salvaje (Wildlife Research Climber), en el mes de noviembre pasado, se efectuó la suelta de 46 ejemplares de lagarto gigante de El Hierro.
Lagarto Gigante de El Hierro
Estos provenían del centro de cría y recuperación de La Frontera, El Hierro, Canarias. (Estos ejemplares corresponden a la puesta y nacimiento en cautividad de los años 2011 y 2012).
Los individuos en cuestión se sometidos a los pertinentes controles sanitarios con control anti-parasitario incluido. Esto se llevó acabo por veterinario del Cabildo, Pedro Padrón, con el asesoramiento del científico Albert Martínez Silvestre, del Centro de recuperación de anfibios y reptiles de Cataluña.
Los animales objeto de suelta se mantienen en dos terrarios de 5×7 m. de largo que están acondicionados con vegetación adecuada. Estas condiciones permitirán una mejor adaptación al medio natural a estos ejemplares de Gallotia Simonyi.
El adiestramiento de los Lagartos
Las técnicas de adiestramiento contra los depredadores potenciales del lagarto gigante, se realizaron en el mismo centro de recuperación a cargo del personal científico del propio centro. Los depredadores son los gatos asilvestrados y pequeñas aves de presa como el cernícalo, muy abundante en la isla.
Con el biólogo de la corporación Miguel Ángel Rodríguez, responsable del plan de recuperación de la especie, y varios biólogos especialistas de la Asociación Bienestar Animal (ABIA), dirigidos por Miguel Molina-Borja, reconocido herpetólogo que lleva asesorando múltiples acciones del plan de recuperación del lagarto gigante de El Hierro desde el año 1998.
El entrenamiento de los Lagartos Gigantes
El objeto primordial de los entrenamientos es que los reptiles aprendan ha reconocer, como amenaza peligrosa, a cernícalos y gatos asilvestrado principalmente.
Para figurar la amenaza, los técnicos del centro, utilizan un cernícalo disecado en posición de vuelo con las alas extendidas. Haciéndolo pasar en repetidas ocasiones y en vuelo descendente a pocos metros del recinto. Para aprender ha temer a los félidos se utiliza la misma técnica del animal disecado. En esta ocasión dejándolo aparecer entre los muros de piedra del terrario.
Autor José Verdugo